A la integración hay que llenarla de pueblo
Mientras el mundo se organiza alrededor de grandes bloques, políticos, económicos y sociales, y se encamina hacia la diversificación de los polos de poder o lo que conocemos como la multipolaridad, nosotros no terminamos de coagular la integración regional.
Mónica Valente, Secretaria Ejecutiva del Foro de Sao Paulo, en línea con el pensamiento de Pepe y del presidente Lula, dice: “La integración sólo ocurrirá si los pueblos son los protagonistas”
A poco más dos meses de las Jornadas Latinoamericanas y Caribeñas de la Integración de los Pueblos, realizadas en Foz de Iguazú, Brasil, los días 22 y 23 de febrero, todavía resuenan las palabras de Pepe Mujica en su encuentro con la militancia: “A la integración hay que llenarla de pueblo”
La frase del ex presidente uruguayo es realmente muy potente. Primero, porque lo dice Pepe, uno de los pocos presidentes o ex presidentes, junto a Lula, que hablan y pelean por la integración, y segundo, porque encierra toda la tarea pendiente para consolidar la integración.
El pueblo, o lo que llamamos genéricamente “la gente” ya está integrada desde mucho antes de que se pensara en la integración como institución y lo que realmente necesita para sentir que esa integración le sirve, que le soluciona la vida, que está integrada, y que vale la pena promoverla, apoyarla y sostenerla, son las cosas simples de la cotidianeidad, que sienta que esa institucionalidad la incluye, la tiene en cuenta, la contiene.
Pero… ¿de qué estamos hablando? Simple, desde que se conformó el Mercosur, por ejemplo, hace ya cerca de 40 años, son las corporaciones económicas instaladas en cada uno de los países miembros las que dominan la agenda. Pero entonces, ¿quiere decir esto que los ciudadanos mercosureños fueron ignorados? No, ¿quiere decir esto que quienes creemos en la integración somos ingenuos o románticos, que no entendemos cómo funcionan los poderes fácticos y cómo la política debe surfear las encrespadas olas del lobby económico-financiero en el mundo? No, quiere decir simplemente, que nuestra afirmación se basa en la observación de los hechos y de los resultados operando, de nuestra vivencia cotidiana. ¿Quién no ha intentado homologar un título de alguna carrera cursada en algún país miembro pero distinto del propio? ¿Quién no se ha visto demorado horas y horas en una cola para cruzar una frontera?, dos ejemplos muy concretos, y muy comunes, que parecen muy nimios, pero que forman parte de las cosas simples de las que habla el Pepe. Y no hacemos un juicio de valor sobre ello, simplemente, describimos la dinámica de una agenda que ralentiza el componente social y prioriza el componente económico. No cuestionamos eso porque, en definitiva, la integración económica será la que finalmente, políticas sociales mediante, se constituya en el pilar de uno de los objetivos de la integración: la justicia social. Lo que cuestionamos y nos preguntamos es cómo se asignan las prioridades, habida cuenta de que todavía, a tantos años vista y a pesar de tantas cumbres de presidentes quedan tantas desigualdades, tantas asimetrías y tantas cosas simples no resueltas.
Es necesario pensar en estas cosas, todas al mismo tiempo. Tan importantes son las corporaciones como las necesidades cotidianas del ciudadano, de lo contrario, como también como dice el Pepe, “la integración nunca será.”
Cualquier ciudadano latinoamericano y/o caribeño debería poder desplazarse por los países de la región con sólo exhibir su DNI. Debe garantizarse la libre circulación de bienes y servicios como motor del consumo intrarregional; es necesario consensuar planes de estudio comunes para que quienes estudian en un país pueda ejercer sin inconvenientes en otro cualquiera, integrante de la región; se necesita eliminar barreras arancelarias para la compra de alimentos en cualquiera de los países miembros.
Podrán parecer una pretensión banal, pero, como dice el Pepe, son las cosas mínimas que pueden hacerse ya, de inmediato, para ir llenando de pueblo la integración.
Las propuestas de Pepe Mujica:
Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay, por cuya iniciativa se llevaron a cabo las Jornadas Latinoamericanas y Caribeñas de la Integración de los Pueblos, el pasado mes de febrero, en el Centro de Convenciones de la ciudad de Foz de Iguazú, lo dijo de esta manera: “…al pueblo no lo vamos a conmover hablando de Patria Grande. Primero tenemos que ganar pueblo.”
Y esto ¿qué quiere decir? Sencillamente que, si al pueblo no le llegan los beneficios de la integración, no lo vamos a convencer de que apoye y sostenga la idea, por maravilloso que sea nuestro discurso.
“Nuestra batalla es convencer pueblo” insiste, “en los sindicatos, en los movimientos estudiantiles, en las universidades… ¿y por qué?, porque compañeros, tenemos que hacer un programa de cosas mínimas. Al pueblo no lo vamos a convencer hablando de Patria Grande, nooo…el pueblo tiene que ver y palpar cosas reales. Nuestros ministerios de relaciones exteriores están hechos para defender los intereses nacionales y esto es defender los intereses colectivos.”
Transcribimos algunas de las cosas mínimas que propone el Pepe:
“¿Cómo veo yo, por dónde tienen que empezar estas políticas?”, se pregunta.
Un delegado del presidente tiene que hablar, en nombre del presidente, con el Jefe del Cuerpo de Bomberos y decirle: “Tienen que organizar una brigada que esté siempre con el bolso pronto, para viajar a cualquier lado cuando haya algún desastre en el continente. Que cada país tenga un aparato de bomberos pronto para socorrer donde haya inundaciones, donde haya un incendio o donde haya un cataclismo. ¿Eso va a resolver los problemas de la integración? Noooo…eso le va a demostrar al pueblo que hay solidaridad de los otros pueblos.”
“Ese delegado tiene que ir a hablar con los que manejan la aduana, no ustedes. Ese catecismo de exigencias para la importación de alimentos lo tienen que discutir con los vecinos y tratar de llegar a un documento común en toda América, para facilitar que se mueva esto, y si quieren, que vayan a la ALADI, que para eso la tenemos. No puede ser que cada uno tenga una biblia.”
“Tenemos que facilitar y hablar con los organismos policiales. El presidente dice que se tienen que poner a pensar que en esta América tenemos que viajar con la cédula de identidad, y dejarnos de joder con visa y todo lo demás y eso es posible porque estamos en la civilización digital.”
“Y tiene que hablar con los cuerpos médicos, hay que coordinar los bancos de órganos, porque cuando se precisa un riñón y acá no hay, y hay allá, se tiene que poder pasar y tiene que ser al toque, porque es una cuestión de vida o muerte. Y hay que especializar en los países grandes las clínicas de enfermedades raras, porque se necesita masa crítica y eso es imposible para los países chicos, tenemos que intercambiar eso.”
“Y hay que juntar las fuentes de energía en la frontera, porque a veces hay sequía en un lado y las represas flaquean y sale más barato comprar en otro lado, como hacemos nosotros (se refiere a Uruguay) con Brasil o con la Argentina y eso hay que hacerlo en toda América, porque si hay sequía en un lado puede no haber en otro.”
“Y tenemos que hablar entre gobiernos, porque cuando hay un problema internacional no tenemos que salir a pisarnos la manguera entre nosotros, primero discutir; aunque sea hablar entre los presidentes por teléfono y acordar en vez de acusar a un país del continente…”
“Y también hacernos cargo de la deuda social y la política de inmigración y todo lo posible, pero el mundo universitario es el que tiene que crecer y multiplicarse. No puede ser que hagamos médicos e ingenieros que se van a trabajar en EEUU o Europa y no tienen problemas, y acá no pueden trabajar en los países vecinos. ¡Hay que hacer títulos para América! Porque si no peleamos para mantener la inteligencia, ¿qué estamos haciendo? Gastando plata para formar gente que se vaya a trabajar a otro lado.”
“Y tenemos que hacer investigación en conjunto. Y tenemos que crear en nuestras universidades, por lo menos las públicas, una división del trabajo, donde una acentúe la penetración en una rama y otra en otra. ¿Para qué? Para que se pueda ir a hacer un posgrado de los que se reciben en América Latina y no tengamos que ir a Europa, que no tengamos que ir al mundo rico, es posible hacerlo acá.”
“Nuestras universidades no tienen fortaleza económica como para desarrollar todas las ramas, pero una división de ramas sí. El mundo universitario tiene responsabilidad en la integración. No es un problema de otro y cada día la va a tener más. Y el estudiantado tiene que participar de nuestras luchas.”
“Nosotros le llamamos a este conjunto de cosas: los cambios de primera generación porque no son dolorosos y no cuestan tanta plata y nadie se puede oponer porque están cantados.”
“¿Pero, cuál es el motivo? El motivo es que nuestro pueblo empiece a entender que las políticas de integración dan resultados en su vida. Porque vuelvo a repetir: si no tiene pueblo atrás nunca será. Porque los gobiernos van a pasar. Lo que da garantías es que la base del pueblo entienda y empuje. Los gobiernos cambiarán, pero los pueblos presionarán. La historia no la hacen los grandes caudillos, la historia la hacen las masas si se enfilan detrás de algo, pero hay que ganarlas.”
Más adelante el Pepe reflexiona: “No hay triunfo a la vuelta de la esquina, esto lleva veinte o veinticinco años. Esto es trabajo de entenderse con la gente y de explicarle por qué.”
Aquí, el discurso completo de Pepe Mujica:
Los medios de comunicación y la integración
En la agenda de los medios de comunicación hegemónicos no existe la integración. El discurso público no habla de integración, no es tema de nadie ni para nadie. El mundo, hoy, se está organizando en grandes bloques y no figura en la agenda de los grandes medios. Eso significa que una gran mayoría no se entera de lo que está ocurriendo y por lo tanto mal puede acompañar algo que no conoce.
El discurso dominante es el del neoliberalismo, es decir, el del individualismo, el del sálvese quien pueda, tanto referido a las personas dentro de sus países, como a los países en el contexto de un capitalismo en descomposición, capaz de arrastrar a la humanidad a una hecatombe nuclear con tal de, paradójicamente, sobrevivir.
Y eso nos pone a los comunicadores populares en un lugar central. Hay que explicarle al pueblo por qué los enemigos de la integración invisibilizan, en sus medios, los esfuerzos que se realizan para conformar un bloque latinoamericano y caribeño que pueda exorcizar aquella sentencia de Juan Gabriel Tokatlian cuando se refirió al no ingreso de Argentina a los Brics: “…si no nos sentamos a la mesa, seremos parte del menú.” (Citado por Mariana Vázquez, integrante del Observatorio del Sur Global, en el programa “Sin Fronteras” de TV Ciudad, de Uruguay)
Y eso que parece una frase muy graciosa, sí que lo es, pero también es una sentencia muy grave porque implica, literalmente, quedarnos fuera de la posibilidad de un desarrollo con equidad. Nuestra tarea es hablar de integración “hasta que duela” como se dijo alguna vez. La campana no debe dejar de sonar hasta que todos decidamos ir a misa.
Queda claro que a la integración le falta pueblo o, dicho de otra manera, el pueblo todavía no entendió por qué debe integrarse y ahí está la responsabilidad de la comunicación, sobre todo de la comunicación popular, porque como ya lo dijimos, la integración no forma parte de la agenda de los grandes medios. Y esto es así porque, justamente, los grandes medios son propiedad de quienes no están interesados en instalar como agenda pública el tema de la integración.
La comunicación popular debe, debemos, intensificar la batalla por la idea de una integración regional que le sirva a la gente, que le haga un poco más fácil la vida, exigiendo a nuestra clase dirigente, pero también trabajando con nuestro pueblo, “derrumbando estereotipos, eliminando preconceptos y falsos determinismos”, como dijo en su discurso de apertura la rectora de la UnILA (Universidad para la Integración Latinoamericana, de Foz de Iguazú), Diana Araujo, co-organizadora de las Jornadas Latinoamericanas y Caribeñas de la Integración de los Pueblos.
Encendido discurso de la Rectora de la UnILA, Magister Diana Araujo.
La integración latinoamericana nos puede parecer, hoy, a la luz de acontecimientos y realidades políticas, económicas y sociales en los distintos países de la región, como algo lejano, intangible o incluso, muchos pueden pensarlo como utópico y están en su derecho. Pero lo cierto es que, a pesar de los tiempos que corren, de los intentos de dinamitar de todas las maneras posibles los propósitos de unidad, los pueblos de América Latina y el Caribe tienen un solo y único destino posible: la integración latinoamericana y caribeña. Pero lo que aparece como inexorable no implica que sea simple.
No hay dudas de que la integración tiene sus enemigos, pero por suerte, también tiene “amigos”. Está claro que la estrategia del poder hegemónico para el continente es una sola: libre mercado, que en su lenguaje geopolítico es un eufemismo de saqueo y dominación, de neocolonialismo.
El presidente argentino, Javier Milei, alineado incondicionalmente con el tridente EEUU, Israel y Europa (OTAN), no pierde ocasión para atacar la idea de integración, utilizando expresiones antojadizas, porque ni siquiera son argumentos, que atrasan casi 80 años, o por lo menos 35, hasta el fin de la Guerra Fría, como que los países de América Latina quieren instalar el comunismo, conclusión a la que llega por el sólo hecho de que buscan integrarse para tener un lugar en la mesa donde se toman las grandes decisiones y consolidar un proyecto colectivo que apunte al bienestar de los ciudadanos y a la protección de nuestros recursos naturales.
“En julio (de 2023) el candidato presidencial argentino Javier Milei dijo en un evento del think thank libertario chileno Fundación Para el Progreso, que el Foro de Sao Paulo (FSP) siempre ha tenido como principal objetivo «ser la Unión Soviética latinoamericana»
«Ellos se agruparon en el Foro de Sao Paulo y se plantearon como objetivo la Unión Soviética Latinoamericana, y vaya que fueron exitosos. En Argentina cuatro períodos kirchneristas, en Chile Lagos y Bachelet, en Uruguay Tabaré Vásquez y a Pepe Mujica, en Paraguay a Lugo, en Bolivia a Evo Morales, en Venezuela Chávez y Maduro, a Ortega en Nicaragua, en Brasil Dilma y Lula, en Perú a Castillo, Correa en Ecuador, Petro en Colombia (…) es decir que son una plaga», aseveró Milei ante el foro de la Fundación Para el Progreso.
(Fuente:https://gaceta.es/iberosfera/la-advertencia-de-milei-sobre-el-foro-de-sao-paulo-se-plantearon-ser-la-union-sovietica-latinoamericana-20230816-0024/)
En el sitio web del Foro, nos explican que “El Foro de Sao Paulo nace en julio de 1990, a partir de una convocatoria por parte de Fidel Castro y Luis Inacio Lula Da Silva a partidos políticos, movimientos sociales y organizaciones de izquierda, para reflexionar sobre los acontecimientos pos caída del muro de Berlín en 1989 y los caminos alternativos y autónomos posibles para la izquierda de América Latina y el Caribe, más allá de las respuestas tradicionales."
Los postulados más sobresalientes del documento fundacional (https://forodesaopaulo.org/wp-content/uploads/2014/07/01-Declaracion-de-Sao-Paulo-19901-1.pdf) son:“Avanzar con propuestas de unidad de acción consensuales en la lucha antiimperialista y popular”
“Promover intercambios especializados en torno a los problemas económicos, políticos, sociales y culturales”
“[…] en contraposición a la propuesta de integración bajo el dominio imperialista, [definir] las bases de un nuevo concepto de unidad e integración continentales”
” (Fuente: https://forodesaopaulo.org/breve-historial-y-fundamentos/)
Pero podríamos decir también que es el brazo social de la integración porque en su seno se discuten todos aquellos temas que tienen que ver con lo social y sus conclusiones terminan en la mesa de las cumbres de presidentes que se realizan periódicamente. Y creo yo, es una opinión personal, que ahí residen las razones de tanto ataque sistemático.
Pero Milei no es el único. Hay infinidad de Think Tank en las redes, que por los personajes que los presiden y por el discurso que sostienen, uno puede suponer de dónde viene la financiación, el lector es inteligente y no hace falta decir más. Estos Think Tank están para torpedear permanentemente la integración.
Investigando en la red, encontré a este señor que es realmente una joyita de esos dispositivos de los que estamos hablando, creados para desacreditar, denostar y decir toda clase de barbaridades sobre gobiernos, candidatos, políticas e instituciones de los gobiernos populares que se esfuerzan por mejorar la vida de su gente y la situación de sus países en la región.
Se presenta como Carlos Sanchez Berzaín, ex ministro de gobierno, ex ministro de defensa del primer y segundo gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, de Bolivia, y presidente del Instituto Americano para la Democracia (American Institute for Democracy, en inglés).
Poco antes de las elecciones presidenciales del año pasado en Argentina, en un canal de streaming peruano y, curiosamente, llamado El Montonero, dijo que “el Foro de Sao Paulo fue creado por Lula para sostener la dictadura cubana y el castro-chavismo que vino para controlar toda la región.” Dice que “son los autores de los Kirchner en Argentina, de Evo Morales en Bolivia, de varios gobiernos en Perú, de Boric en Chile, de Petro en Colombia, etc. etc.”
Palabras más, palabras menos, el mismo discurso que el presidente Milei, para que vayamos atando cabos de cómo opera la estrategia para crear sentido en contra de la idea de la integración.
Y hay más, mucho más, pero lo dejo a la inquietud del lector interesado para que investigue y saque sus propias conclusiones.(Fuente: El Montonero, canal de streaming peruano https://www.youtube.com/watch?v=28x6CfE9JkA)
Pero dijimos que, por suerte, la integración también tiene amigos. Y los primeros amigos son los propios pueblos que, dentro de los territorios de cada una de las naciones latinoamericanas y caribeñas, albergan en sus corazones el deseo de integrarse, de convertirse en una sola nación latinoamericana y caribeña. Eso de por sí ya es una energía muy poderosa que, bien canalizada, puede producir el resultado que buscamos, que es convencer al pueblo de la necesidad de la integración.
Otros amigos que tenemos los que creemos que la integración es un destino irremediable, y acá ya entramos en el terreno de la geopolítica, son los países que se están nucleando en grandes bloques políticos, económicos y sociales, que están construyendo lo que en geopolítica se conoce como la multipolaridad, que es, ni más ni menos que lo contrario a la unipolaridad o la concentración del poder mundial en una sola mano.
Pero que tengamos “amigos” o gente dispuesta a integrarse, no significa que podemos dormirnos en los laureles pensando que la integración vendrá de “las fuerzas del cielo”.
¿Pero…por qué debemos integrarnos?
Acá entramos un poco en lo que nos pide el Pepe, que es lo de explicarle a la gente por qué es necesaria la integración.
Alberto Methol Ferré, profesor de la Universidad de Montevideo y escritor uruguayo, enamorado de la visión geopolítica de Perón, según sus propias palabras, junto a Helio Jaguaribe, escritor brasileño, asesor de la cancillería brasileña, ambos ya fallecidos, fueron enormes cultores del pensamiento latinoamericano y, por lo tanto, entusiastas impulsores de la integración.
Methol Ferré, a quien tuve el enorme placer de conocer personalmente, durante un seminario titulado Destino Político del Mercosur, dictado en 2005, durante mi época de estudiante de Ciencias Políticas, en el Instituto Hernando Arias de Saavedra, en la ciudad de Posadas, Misiones, prologó el libro: Geopolítica del Desarrollo, del contador Carlos Andrés Ortiz, editado en 2007, en la misma ciudad de Posadas.
En el primer párrafo de dicho prólogo, escribió:
“El hombre es un ser espacio-temporal. Imposible pensar su vida histórica, económica, política y cultural, sin referencia a la diversa índole de los espacios en los que se despliega, incide y a la vez es abordado por otros. En sus relaciones con todos los otros espacios humanos, desde su vecindad argentina, al Mercosur, a Sudamérica y al conjunto de la Tierra. Y en especial referencia a las grandes potencias; a las pequeñas y medianas potencias que aspiran a integrarse para ser reales potencias. Ser en integración Sudamericana y Latinoamericana, quiere decir más autogobernadas por un “sí mismo” ampliado, transfigurado y no por las otras grandes potencias. Por lo menos, ese es el horizonte integrador de los países que participan del círculo histórico-cultural latinoamericano en el mundo global contemporáneo.”
Hasta ahora no he leído una definición más acertada referida a la necesidad de la integración que surge nada más y nada menos que de el “hombre situado” en su momento histórico, económico, político y cultural.
Sin dudas que son muchísimas las razones para integrarnos, pero para no complicarnos demasiado, para hacerlo lo más simple posible, veamos esquemáticamente algunas de las más importantes.
1 – Históricas:
No hay un solo pensador latinoamericano que no hable de la necesidad de la integración. Toda la literatura o las acciones en contra de la integración, provienen de afuera, de los poderes fácticos interesados en mantenernos divididos.
Desde la llegada de Colón, en el Caribe, y a más de 500 años, hasta la actualidad, América Latina es un continente en disputa. (Recomiendo la lectura del libro de Telma Luzzani, “Territorios Vigilados: cómo opera la red de bases militares norteamericanas”)
Ya Simón Bolívar y San Martín, pero también otros como el Mariscal Francisco José de Sucre, el general Francisco de Miranda y muchos otros, tuvieron la visión geopolítica de una Patria grande y soberana y fueron férreos defensores de la unidad latinoamericana y no sólo de palabra, sino que tuvieron que empuñar las armas para liberar al continente de la dominación.
Son muchos los pensadores que, a partir del pensamiento de Bolívar, San Martín, O’Higgins, Sucre y Miranda, fueron construyendo con el tiempo un pensamiento latinoamericano. Nombremos a algunos de ellos: además de los ya nombrados Alberto Methol Ferré y Helio Jaguaribe, tenemos a Theotonio Dos Santos, Enrique Dussel, José Carlos Mariátegui, entre los más conocidos y otros como José María Arguedas, Franz Fanon, Aníbal Quijano, menos conocidos, pero igualmente intensos. Y paremos aquí, para permitir que aflore el espíritu investigador del lector que indefectiblemente llegará a la conclusión de que la integración tiene raíces profundas en la historia, que no es una bandera sola y exclusiva del socialismo, como se pretende hacernos creer. Por supuesto que la derecha no siente ningún entusiasmo por la integración, pero en la sociedad latinoamericana existen vastos sectores no socialistas, como los sectores de las pequeñas y medianas empresas que, en términos marxistas, vendrían a ser pequeñas burguesías, en muchos casos sometidas por el gran capital, pero que no dejan de ser clase trabajadora porque si bien muchas de ellas no viven de un salario, son siempre vulnerables a las recurrentes crisis económicas que de buenas a primeras los pueden dejar literalmente en la calle.
Estos sectores – no socialistas – aún aquellos que producen exclusivamente para la exportación, no rechazan la idea de la integración y entienden que es el camino del desarrollo del continente.
2 – Económicas:
“La población de América Latina y el Caribe, es hoy de 662 millones de personas. De ese total 331 millones forman parte de la fuerza de trabajo” (fuente: https:/www.cepal.org). Es un mercado interno con un enorme potencial de desarrollo endógeno, con capacidad para sustentar la vida de todos sus habitantes. Eso sí, habrá que trabajar duramente en una mejor y más justa distribución de la riqueza. Al fin y al cabo, uno de los objetivos de la integración es la justicia social.
Un problema que caracteriza al continente es la desigual distribución del aparato productivo y también tiene que estar en la agenda remediar esta situación, porque si queremos competir con el resto del mundo con posibilidades, no nos queda más remedio que industrializarnos apostando a la tecnología, para lo cual tenemos suficiente materia gris y suficiente capacidad para formar materia gris. Lo que la integración nos va a aportar es la espalda política y financiera necesaria, y el mercado interno necesario para la colocación de la producción y los acuerdos necesarios con otros mercados para exportar el excedente.
Muchos estarán pensando: pero si eso ya lo hacemos como país. De acuerdo, pero hoy es el tiempo de los estados continentales, los estados nación, por sí solos ya no tienen capacidad de política para enfrentar a las multinacionales. Basta ver sólo este dato del libro de Norena Hertz: “El poder en las sombras” editado en 2002:
“De las cien mayores economías del mundo, 51 son empresas y 49, Estados-nación. (Esto en 2002, hoy este desnivel es mucho mayor). Pocos son los que se dan cuenta del inmenso poder de las multinacionales. Pero, de verdad, ¿influyen más los gobiernos que las empresas en la vida de los ciudadanos? ¿Tienen auténtica libertad de acción los partidos políticos que votamos?”
Datos para reflexionar seriamente. Hoy estamos viendo cómo estos verdaderos poderes en las sombras, ponen y sacan gobiernos a su antojo, de acuerdo a sus necesidades de manipulación de las sociedades, sus economías y sus recursos naturales.
Una razón más para unirnos en una integración virtuosa, que nos saque de la postración en la que se encuentran hoy nuestros pueblos.
3 – Políticas:
Hemos escuchado una y mil veces que la política es la herramienta para transformar la realidad y es realmente así. No existe otro sistema mejor que la democracia, por más que nos quieran hacer creer lo contrario. Pero, de nuevo, nuestras democracias hoy son débiles frente a los poderes económicos y financieros transnacionales. Es necesaria la sinergia política de la unidad continental para enfrentar con éxito a los enemigos del pueblo. Nuestras democracias son perfectibles, en cambio el autoritarismo, que está siempre al borde del absolutismo, no es perfectible, es sólo empeorable.
Haciendo uso de las herramientas que nos provee ésta democracia representativa, podemos, debemos exigir a nuestros dirigentes el cumplimiento de los objetivos de la integración y avanzar hacia una democracia más participativa, no para gobernar a través de nuestros representantes, sino para gobernar junto a nuestros representantes. Y en eso, la energía social que significa la integración, nos va a dar una gran mano.
Además de estas razones, que son imprescindibles, pero son objetivos a los que podríamos situar en el discurrir del proceso, pero hay razones políticas más urgentes y son las que se inscriben en la necesidad de prepararse para un mundo poscolonial o, como dice el profesor de relaciones internacionales nicaragüense, Augusto Zamora, “un mundo pos imperialista”, que ya está asomando en el horizonte, que puede ser traumático o no, pero que nos obligará a repensar esta llamada “democracia occidental”, donde según Zamora “nos han obligado a encajar” y ahora cada cual tendrá que pensar su propia democracia. “No somos lo mismo los latinoamericanos que los africanos o los europeos”, dice Zamora.
De lo que se trata es de una nueva, y ojalá, definitiva emancipación.
4 – Culturales:
“América Latina o Latinoamérica, es una región formada por el conjunto de países de América donde predominan las lenguas romances (lenguas derivadas del latín) como la española, la portuguesa y la francesa.
Geográficamente incluye la mayor parte del continente americano, desde el archipiélago de Tierra del Fuego, en América del Sur, hasta el río Bravo en la frontera entre México y los Estados Unidos, en América del Norte, abarcando las islas caribeñas e incluyendo la parte central del continente, exceptuando los países donde no se hablan lenguas romances.
De los tres idiomas que definen a América Latina, el español y el portugués son los predominantes, quedando el francés con sólo un 3 %.” (Fuente: https://es.m.wikipedia.org/Am%C3%A9ricaLatina)
Pero las razones culturales no están solamente en la lengua, que es sumamente importante, pero también tenemos una historia común de larga data en la lucha por nuestra independencia económica, nuestra soberanía política y nuestra justicia social.
En este aspecto, los estudiantes y las universidades tienen un papel fundamental. Formarse y formar ciudadanos latinoamericanos, imbuidos, consustanciados con el ideal de Patria Grande es la consigna.
5 – Estratégicas:
Como dijimos anteriormente, América Latina es un continente en disputa. Entonces, inmediatamente surge la pregunta: ¿Y por qué está en disputa?
La respuesta es muy simple: es un continente muy rico en recursos naturales. Por eso es estratégico integrarse, porque esos recursos están en la mira de los países llamados desarrollados porque, justamente, se desarrollaron agotando sus propios recursos y ahora necesitan obtenerlos a como dé lugar y hay que defenderlos porque de ellos depende nuestro propio desarrollo y el futuro de nuestra descendencia.
La defensa de esos recursos implica la organización de varios frentes estratégicos. En primer lugar, por supuesto, el frente militar, que es un frente de capital intensivo, que requiere inversión en ciencia e investigación y formación, capacitación y entrenamiento de tropas en el mantenimiento de la paz en una región donde, de un tiempo a esta parte, la guerra y la paz son valores asimétricos para quienes están agazapados esperando el momento de entrar en acción, como lo está haciendo en este preciso momento el Comando Sur, conocido también como la Cuarta Flota, brazo armado del complejo militar industrial de los EE.UU.
Otro frente sería el frente social, que implica la concientización de la sociedad sobre la necesidad de la integración. Y acá viene, inmediatamente el otro frente:
El frente comunicacional, en el cual los comunicadores populares deberíamos involucrarnos fuertemente y contar con el apoyo de los gobiernos populares que indefectiblemente deberemos recuperar.
El frente político implica, independientemente del contexto político actual, no esperar a que el mismo se modifique abruptamente, sino con el contexto que nos toca, trabajar denodadamente por la integración y por la recuperación de gobiernos populares en toda la América Latina. Para que, como dijo Norberto Galasso: “San Martín y Bolívar vuelvan a cabalgar en nuestro continente.”
Habrá, seguramente, otros frentes posibles, pero creo que éstos son algunos de los principales. El lector podrá proponer otros que crea necesarios y/o pertinentes.
La integración es un tema de reflexión inagotable y en próximos trabajos seguiremos abordando este tema tan apasionante como inquietante por sus implicancias.
Enrique Manson, en su libro: “Te la hago corta” transcribió estos versos del negro peruano, Nicomedes Santa Cruz:
Nací cerca del Cuzco
Admiro a Puebla
Me inspira el ron de las Antillas
Canto con voz argentina
Creo en Santa Rosa de Lima
Y en los Orishas de Bahía
Poso la frente en el Río Bravo
Me afirmo pétreo sobre el Cabo de Hornos
Y sumerjo mi diestra en el Atlántico
Por las costas de oriente y occidente
Doscientas millas entro en cada Océano
Sumerjo mano y mano
Y así me aferro a nuestro Continente
En un abrazo Latinoamericano.