Borgna: La comunicación no puede quedarse en la creatividad de TikTok
Argentino, cofundador de la Red de Comunicadores del Mercosur, vino a Caracas como invitado del II Congreso de la Universidad Internacional de las Comunicaciones (Lauicom)
28/12/23. Nos conocimos en lo que bien podría haberse convertido en un cuento de García Márquez. Era 2015 y la locación un convento en mitad de la nada al sur de Paraguay. Allí se realizó ese año la Cumbre de los Pueblos del Mercosur. Asistíamos grupos feministas, ambientalistas, comuneros, indígenas… y la prioridad para el gobierno de derecha de Horacio Cartes era mantener aislada cualquier mínima escaramuza que afeara la reunión presidencial en La Asunción.
Días antes Mauricio Macri había ganado la presidencia en Argentina, así que cuando Carlos Borgna (nuestro entrevistado hoy) se acercó a la delegación venezolana aclaró al rompe: “somos kirchneristas”. Hicimos liga de inmediato. En los tres días siguientes hubo tiempo de sobra para que él nos contara sobre la Red de Comunicadores del Mercosur, de la cual es cofundador, y nosotros le habláramos de lo que pasaba en Caracas en los tiempos más duros de guerra económica.
El comunicador argentino visitó Venezuela este año.
A inicios de diciembre estuvo en Caracas como invitado al II Congreso de la Universidad Internacional de las Comunicaciones (Lauicom), coincidiendo además con el referendo por el Esequibo y la victoria de Javier Milei en Argentina. Los temas de conversación eran muchos, así que nos sentamos cerca de la plaza Bolívar con café, una porción de torta marmoleada y comenzamos a grabar este diálogo.
—Carlos, nos visitas para participar en el congreso de Lauicom. ¿Cómo lo viste? ¿Qué impresión te llevas de lo que pasa allí?
—Me parece que Lauicom es una mirada absolutamente estratégica sobre la comunicación en América Latina. Es otro formato que no parte de los medios o de las redes, sino de una manera integral de ver la comunicación, como una expresión de la lucha, de la resistencia, de los esfuerzos, de las experiencias del pueblo de Venezuela y de los pueblos latinoamericanos. Aquí no nos paramos para hablar de la comunicación desde un teléfono, sino desde los saberes, desde la cotidianidad, desde el trabajo colectivo. Yo creo que no es casual que a la entrada de la universidad haya un mensaje que dice: “La comunicación en medios, redes, calles y paredes”. Porque no es, como muchos creen, que con el telefonito solucionamos todo y empezamos una batalla con enemigos o fantasmas potenciales o reales, o nos sacamos todas las ganas de decir las cosas que queremos, sino que parte de una construcción colectiva de la comunicación.
Me parece que es absolutamente necesario el apoyo para que Lauicom tome vuelo y se posicione a la vanguardia de una nueva forma y de un nuevo relato comunicacional en América Latina. Hay que decirlo con todas las letras, la visión de Chávez está reflejada allí. Creo que el gobierno venezolano tiene un partido de fútbol donde tiene la pelota en la puerta del área sin arquero, sin defensores y el arco descubierto, tiene que tomar la decisión adecuada, y como ya lo hizo el presidente Maduro en su momento, que hizo el decreto, ya se hicieron dos encuentros internacionales, ya hay cuerpo de profesores, ya hay trabajo, ya hay análisis, sistematizaciones, ahora hay que pegarse una vuelta definitiva para que el proyecto avance y sea con una mirada latinoamericanista y mundial.
—En el congreso se tocaron muchos temas, entre ellos el tecnológico. Se habló de redes sociales, de inteligencia artificial… y a veces esto no se asocia con la comunicación desde la izquierda…
—Lo que se mostró sobre redes e inteligencia artificial, a mí me parece que fueron experiencias valiosas. Yo reivindico que las abordemos, que no miremos para otro lado, pero también me parece que debemos saber que esto no puede quedar en la creatividad individualista de una persona, por más lúcida que sea. Es decir, no es que alguien hoy se levantó, se preocupó por un tema, hace un vídeo, lo pone las redes y ya está. Eso no es comunicación liberadora. Eso es una comunicación que puede tener mucha creatividad, —que la comunicación liberadora necesita porque debe tener una cabeza abierta a los nuevos desafíos de los jóvenes, que resignifica, reactualiza y dinamiza todas las herramientas digitales—, pero indudablemente esto debe tener un marco ideológico, raíces en experiencias populares y un sentido de retroalimentación.
En esta entrevista revela su mirada en cuanto a la comunicación que se hace hoy.
Es decir, no solamente se trata de cuántos likes le ponemos a tal vídeo de TikTok, sino qué impacto tuvo ese vídeo en la comunidad, en el sindicato, en el barrio. Es ver si las experiencias que nosotros estamos haciendo, que pueden ser desde el punto de vista creativo maravillosas, el pueblo las entiende y si eso le sirve para seguir ayudando a mejorar el entorno en el que vive. Porque sino son esfuerzos individuales —gratamente reconocidos— pero que al conjunto de la sociedad no sirven en términos de calidad de vida.
—Carlos, tenías unos diez años sin venir a Venezuela y viniste en este momento en el que coinciden muchas cosas: el congreso, el referendo por el Esequibo, el bicentenario de la doctrina Monroe… ¿Cómo encuentras Caracas?
—Voy a ser muy franco, lo primero que me llamó la atención fue el enorme despliegue comunicacional por el tema del Esequibo, que me parece que es una de las cosas más serias e integrales que he visto en comunicación popular. Nosotros, en la red de comunicadores, escribimos un documento que se titulaba La comunicación popular como una herramienta de comunicación política, justo por el tema Esequibo. Bueno, el gobierno de Venezuela ha logrado eso, no es poca cosa. Es decir, desde toda la estrategia de TikTok, del rap, de todas las cosas que se han hecho, de las paredes pintadas, hasta me llevo a la Argentina las calcomanías. O sea, es una integralidad. Los videos donde están los chicos de las escuelas, los docentes… me parece que es de una calidad y de un nivel como política de Estado de primera.
Veo también una enorme integración de las fuerzas armadas a la vida social, eso llama la atención en función a los roles de los militares en casi todo el resto de América Latina, aquí encontramos militares comprometidos con su pueblo, defendiendo lo del Esequibo.
Veo una Caracas donde uno camina con absoluta tranquilidad, donde la gente convive. Todo eso es muy gratificante porque uno puede transmitir certezas. Inclusive en la diferencia, no es que todo el mundo piensa ahora de la misma manera; siguen estando los modelos antagónicos, la gente que prefiere ceder el patrimonio nacional para quedar bien con los norteamericanos o con la Exxon, todo eso convive. Pero yo no veo a la gente mal, esto es lo que quiero significar, no hay la cara de preocupación que hubo en otros momentos, o la cara preocupación que hay en la Argentina por lo que pueda pasar a partir de dentro de pocos días. En este sentido me voy feliz de Venezuela.
—Se ha construido un relato, sobre todo fuera de Venezuela, de que el país es un caos completo…
—Sí, ha continuado. Yo a la gente le pregunto: “Pero a usted ¿quién le contó?”, “¿algún pariente suyo fue a Venezuela?”, y el 99 % dicen que no, que escucharon, que le dijeron. Yo ahora tengo de nuevo una percepción directa y me voy muy feliz porque veo además un nivel de militancia en el chavismo y los partidos aliados que no es un dato menor. Me parece que hay un enorme compromiso de sectores populares con el proceso que encabeza el compañero Nicolás Maduro.
—Cuéntame un poco sobre la Red de Comunicadores del Mercosur. ¿Cómo marcha ese proyecto?
—La red es una organización creada en el segundo gobierno de Cristina Kirchner, que surgió primero para trabajar en zona de frontera y después se fue ampliando. Cuando esa experiencia en el gobierno terminó, la red siguió subsistiendo y creciendo. Hoy tenemos referentes y ámbitos en varios países. Estamos muy contentos y la llegada a Caracas se ha transformado en una manera de fortalecer los lazos con los comunicadores y las comunicadoras de Venezuela, con quienes venimos trabajando desde hace tiempo.
Y sí, tengo que decir que lamentablemente en América Latina hay muchas redes, la nuestra puede ser más chica o más grande, el problema no es ese, es que no articulamos, y este es un problema congénito de las experiencias populares y nacionales en América Latina. Muchos esfuerzos desperdigados. Esto es muy grave por dos razones, primero porque si defendemos todos los valores que decimos que defendemos no podemos estar descoordinados, y lo segundo porque el enemigo sí coordina, tiene estrategia, un plan, y nosotros a veces tenemos trabajo pero no coordinamos, no tenemos estrategia y no tenemos plan, entonces pasan la cosas que pasan.
—¿Qué líneas de trabajo tiene hoy sobre la mesa de red?
—Se trabaja en diferentes temáticas. Tenemos representantes de sindicato; tenemos pueblos originarios, un área que está caminando muy bien fruto de todos estos contactos que hemos logrado con otros pueblos de América Latina; tenemos género y diversidades, quizás unos de los grupos más importantes con compañeras con una enorme formación y militancia; estamos avanzando mucho con el tema de derechos humanos y por supuesto con nuestros propios contenidos. Tenemos un programa en Radio Nacional Santa Fe y hacemos producciones sobre música, sobre cultura y demás. Nosotros no nos definimos, y esto quiero que quede claro, como una organización en comunicación. Nos definimos como una organización política cuya herramienta de construcción es la comunicación, que es distinto. Este último es un criterio fundacional, por eso opinamos de temas que exceden la comunicación y que exceden la realidad inmediata que podamos tener, por ejemplo, fijamos postura desde la comunicación sobre el Esequibo venezolano o sobre otras situaciones que se dan dentro o fuera de la Argentina, así que de esa perspectiva venimos trabajando y dando pasos importantes.
—Hemos visto las noticias que llegan desde Argentina y se viene un 2024 complicado…
—Primero te voy a decir una cosa, en estos encuentros que he estado la dirigencia política, social y comunicacional de América Latina y de Europa tiene plena conciencia de lo que significa la asunción del presidente Javier Milei, que tiene claro planteos neofascistas y de ultraderecha que muchos asocian a Bolsonaro y a Trump.
Milei era un loquito que lo llevaban a decir barbaridades en los programas de televisión hace cinco, seis años, y de pronto comienza sobre él un abordaje para transformarlo en una persona que empieza a hablar para determinado público, a decir determinadas cosas y a tirar cualquier idea general contra las cosas concretas que no funcionaban. Y acá viene lo otro, con un gobierno como el Alberto Fernández, que no hizo lo que debía hacer, y con movimientos sociales y políticos que no estuvieron a la altura de las circunstancias, la gente se fue alejando y en un determinado momento manoteó y tomó esa opción.
Quiero dejar clara una cosa, hay algún segmento de la sociedad argentina que tiende a tratar a Milei de loco y a descalificar a su votante, cuando de verdad a mí me parece que es una sumatoria de gente que no ha vivido otras experiencias, hay 40 % de pobreza en la Argentina, una inflación del 128 %, una deuda de cien mil millones con el FMI y un montón de cosas que no se han hecho. Entonces, a la gente tampoco se le puede pedir que se ponga a estudiar y a entender el por qué pasan estas cosas. Hay responsabilidades del Estado y hay responsabilidad de la organización, y me parece que también en el mundo de la comunicación se han cometido errores.
Milei es un emergente, en un momento sostenido por el capital financiero y ahora definitivamente sostenido por todos los sectores del poder, así que estamos frente a una disyuntiva compleja. Han comenzado los escraches en la Argentina contra dirigentes sociales, contra dirigentes políticos, empiezan a juntarse firmas. Van a empezar muchas disputas por el sentido. Si en la Argentina no nos organizamos van a pasar cosas mucho peores de lo peor que imaginamos y si llevan adelante las políticas que están diciendo, claramente va a haber represión. Los sindicatos, si pretenden vivir van a tener que resistir.
—¿Cómo acompaña todo esto la red de comunicadores?
—Estamos ahí, advirtiendo de las cosas que nosotros vemos desde el punto de vista de la comunicación, errores que se están cometiendo. Sacamos un último documento planteando que Milei no es un loco, no hay que engancharse en eso. Allá hay una expresión que dice que el tipo que votó por Milei es un “cabeza termo” (un cabeza hueca) y nosotros decimos que no. Milei hizo dos elecciones en la Argentina y tiene un consolidado del 30 % del voto. Yo no sé si Cristina llega hoy a tener un consolidado el 30 %, entonces ligeramente no se puede faltar el respeto a la gente tratándole de personas que no tienen capacidad para razonar.
Creo que hay que estar mucho más alerta con ese discurso porque en el fondo esconde eso de que ellos son ignorantes y me parece que la experiencia política ha demostrado que las cosas no son así.
—Y te voy a hacer una última pregunta, volviendo a un tema del que ya hablamos. Quisiera que me profundizaras, más como periodista, tu valoración sobre lo que viste de la campaña por el referéndum del Esequibo.
—Me parece que es una campaña integral que utilizó todo tipo de herramientas, pero que si no tuviese el Estado, el partido y las organizaciones inserción en el pueblo, no digo que hubiese fracasado, pero evidentemente no hubiese tenido el efecto y la potencia con la cual salió. Ver imágenes de docentes trabajando con chicos, de chicos pintando paredes, de la gente grabando videos, manifestándose, de armar todo lo que son las pintadas y todos los elementos tecnológicos, me parece que es una cosa sumamente valorable. Eso no se resuelve solamente con plata, esto es lo que quiero decirte, que puede tener toda la plata del mundo, pero si no tenés contacto con la base, con las organizaciones, podrás armar muchas cosas tecnológicas, pero reflejar el espíritu de un pueblo defendiendo su propio territorio no lo lográs, quedaría en frases hechas y en imágenes vacías, y vos ves que aquí hay un pueblo que siente el Esequibo como propio, que lo es.
En la Cumbre de los Pueblos del Mercosur fue el primer encuentro con Borgna.
Publicado por ÉPALE de Venezuela
TEXTO ROSA RAYDÁN • @rosaraydan
FOTOGRAFÍAS BERNARDO SUÁREZ •bsuarezfoto
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