Lo peor está por venir
Es muy difícil y demasiado estresante tener que editorializar el drama general deliberadamente ignorado por las mayorías (mucho más que el 40% de votos recibidos a nivel nacional por el gobierno de ocupación extranjera vigente), sino además por el drama individual que ya venía arreciando, y que verifica con mayor agudeza el “nunca” para cada uno de los sueños incumplidos de quien escribe.
Una crisis brutal se avecina, es inevitable. Tras esta coyuntura, no menor, arreciará la realidad más cruel y la tapará rápidamente. Y amplios sectores de la sociedad se han vuelto a manifestar aprestos a enfrentar las consecuencias, con tal de no volver a ver más al kirchnerismo al frente de la Rosada. Las cosas como son. Y quien no lo acepte, aconsejo urgente quitarse las anteojeras. Porque el tiempo no para.
Menos mal que no se les ocurre hacer un referéndum a lo Puerto Rico planteando la «bonanza» de convertirse en un Estado Libre Asociado (al que se le permita seguir agitando la bandera en competencias deportivas internacionales, y punto). Creo que nos indigestaríamos mucho más de lo imaginado.
Por cierto, muy pero muy pronto asistiremos al Avant Premiére del “eterno retorno” a la oleada de votos vergonzantes que deriva en un casi inmediato «yo no lo voté» (1995 por caso, de la mano de todos los actores tan reivindicados por el actual pan-oficialismo). Con una pequeña salvedad: Han transcurrido treinta largos años desde aquello. Y el aprendizaje sociocultural, a la vista de los acontecimientos, está reducido prácticamente a cero. Y entre bambalinas vuelvo a susurrarles… que mientras se dirimen esas aguas siempre desfavorables para el pueblo que piensa y siente en nacional… el tiempo no para.
Seamos claros: A una mitad (trazo grueso) de la sociedad NO le importa si el gobierno es narco, si le llueve en su estructura básica todas formas de corrupción, si son degenerados, si hablan de envaselinar niños para violarlos, si es un probado lunático que funciona a barbitúricos… NADA importa un pito. Pero no importa nada en serio, eh. Sólo evitar al peronismo (o a cualquier estructura futura de base popular, todo lo que huela a estado de bienestar, teléfono para socialistas y radicales alfonsinistas, estamos todos en la misma bolsa). Esta performance debe servir para tener un diagnóstico totalmente crudo y desangelado, dejar de idealizar al «pueblo», mucho del cual no sólo yerra sistemáticamente sino que lo hace con alevosía para insuflar daño a sus semejantes. Debemos entender que esa brecha es y va a ser imposible de cerrar. Se gana como se puede, y se resiste con total intransigencia cuando se pierde. En una sociedad absolutamente partida, y con las alternativas moderadas sepultadas (anoche ya del todo), no hay nada más que hablar unos con otros.
No es triste la verdad, lo que no tiene es remedio
Hay que iniciar todo de nuevo, y esta vez va en serio.
No hay más tiempo para que el peronismo prosiga dirimiendo sus eternas (y a esta altura, insoportables) internas, que lo mantienen atomizado en fuerzas políticas de lo más disímiles, y en muchos casos, con enfoques cuasi irreconciliables. Que para peor, cuando como por arte de magia, y bajo alguna coyuntura determinada, se reagrupan con todos los aguijonazos activos pero escondidos debajo del escritorio, la sociedad ya conoce esos bemoles. Y siente un prolongado hartazgo al respecto, que se acrecienta lenta pero sostenidamente cada año.
Y el tiempo no para.
Otras fuerzas que supieron constituirse desde basamentos populares y en otros casos, fuertemente nacionales, han terminado de perecer. Lo siento amigos, que saben lo mucho que les aprecio, pero la realidad habla, y viene hablando una y otra vez al respecto. Sólo queda la denominación, muy pequeños-ciclópeos esfuerzos de buenos compatriotas enamorados de remolcar al muerto y revivirlo… pero la ciencia aún no alcanzó tamaño grado de evolución para traer a esas ánimas que ya reposan en el más allá de los recuerdos. El socialismo argentino y el radicalismo ocupan sus ya reservados lugares en el panteón de lo que alguna vez fue admirado pero que ya no lo será. Al grueso de las nuevas generaciones les importan tres pitos aprender a conocer las luchas constitutivas de nuestra historia.
Somos colonia desde hoy, porque nos lograron convertir en una sociedad que mayoritariamente desconoce, reniega y desprecia a sus raíces constitutivas. Y en ese cuadro de situación, en el corto plazo es demasiado poco lo que se puede hacer.
Desde el campo popular sólo preserva su estatus de tercera o cuarta fuerza circunstancial la izquierda de formación trotskista, hace muchos años ya consolidada dentro del FIT, a los cuales saludo y encuentro en las más intensas y diversas luchas, tanto de raíz regional como internacional, sin excepciones. Pero ese también es su techo consabido, valioso al fin de cuentas, de posiciones firmes, pero muy escaso para socavar seriamente la solidez donde se asientan hoy los poderes fácticos de nuestro “país”. En una sociedad culturalmente conservadora, las minorías intensas hacen ruido, hacen “lío” como reclamaba Francisco… pero no alcanza para dar vuelta el estado de las cosas. Y no alcanza ni de lejos, para dejarlo meridianamente aclarado.
Y entre tanto… el tiempo no para.
A nivel de la elección provincial, un empate técnico con levísima victoria para La Libertad Avanza, tampoco debería sorprender tanto, ya que tres meses atrás, este era el escenario que se esperaba para septiembre. La sorpresa real, fue lo acontecido el mes pasado. El antiperonismo en el grueso bonaerense es tan intenso como en otras regiones del país, y en cuanto se percibió el “riesgo kuka”, fluyeron las piernas yendo a sufragar a favor no de Milei, sino de cualquiera que sea en cada tiempo y espacio con tal de no ver al kirchnerismo triunfante. Si la próxima dupla fueran Carozo y Narizota, tengan toda la certeza que no bajarían de un piso nacional del 30 a 35 por ciento de los votos. No importan los candidatos, no importan sus prontuarios, no importan sus ideas ni los efectos sociales que, de aplicarse, las mismas puedan ocasionar. Sólo importa (gigantesca victoria de los grandes multimedios, que erosionaron al imaginario social por décadas en tal dirección) que se embanderen en un antiperonismo ramplón y cuanto más irracional e irreflexivo, tanto mejor.
Los artífices de la coalición del peronismo son los principales responsables de esta derrota. En otros tiempos, que ya no volverán, las conducciones tras una o más derrotas, presentaban sus renuncias indeclinables, para dar lugar a otras experiencias. En vez de anquilosarse en sus pequeños reductos de ego ilimitado. Y también vale aclarar: Axel Kicillof no armó la elección nacional. Pero también cae en la redada general, no tiene escapatoria en lo inmediato. No va a nadar siquiera en dulce de leche… va a tener que desplazarse entre piedras y guijarros.
La alianza formada por La Libertad Avanza, el PRO y una buena parte del radicalismo alcanzó un 40% de los votos. Una cifra suficiente para ganar, pero insuficiente para aspirar a una hegemonía política, eso también es cierto. Pero como se trata de un entramado que sólo flota para obedecer los dictámenes que se imparten desde Washington, con eso alcanza en el corto plazo. No hay un solo resorte institucional que no esté bajo completo control imperial. Después veamos si a alguien le importó un pito que Espert sea un narco. Las cartas de nuestra sociedad están obscenamente a la vista. Somos lo que somos y hay que construir, si aún hay tiempo, desde esta realidad y no desde añoranzas de tiempos pretéritos en todo aspecto.
A las cosas por su nombre
Asimismo, dentro del peronismo-kirchnerista hay dirigentes que deben estar muy felices (algunos no lo ocultaron ni en sus rostros ni en sus gestos del domingo a la noche) tras la confirmación de la magra performance del peronismo bonaerense bajo supervisión del gobernador. Y jugaron para que las cosas salgan de esta manera. Hay que decirlo todo. Lo podrán negar, pero entre bambalinas, todo el mundo lo sabe. Y así es como nos va.
Algunos me dicen “ganaron sin gente”. Totalmente equivocados, seguimos analizando la realidad social con las anteojeras de hace 50 o más años atrás. Hay que patear todo el tablero, actualizar urgentemente enfoques ideológicos… porque el presente y el futuro nos van a pasar muy rápidamente por arriba. Las minorías intensas militantes ya no vuelcan la balanza per se en una elección. Las amplias mayorías silenciosas, ocultas, enemistadas con todo aquello que “huela” a militancia, a compromiso social, incluso a solidaridad, marcan la diferencia cuando depositan la boleta en la urna. Y nada más. Echan por la borda todo el esfuerzo que pueda realizar la otra mitad de la población. Y cuidado, porque así se puede seguir por mucho tiempo, mientras el único criterio de elección se dirima por el “anti” sin importar demasiado lo programático que ofrece cada sector.
Datos extra
Nunca más prestarle atención a encuestadores. Así como tampoco a medios y comunicadores «populares» (harto bien financiados para calzarse esas pilchas) que desde hace meses insisten en que el gobierno «cruje» «ya se cae» «es inminente» «mañana mismo explota todo»… El viernes pasado vi a una importante presentadora-periodista animarse incluso a bailar en la señal C5N como augurio de una “aplastante derrota” del oficialismo. Hay que subrayar esto: Ellos también son los dueños de la derrota, porque construyeron el escenario del miedo que finalmente prevaleció y triunfó.
A preparar las mentes porque lo que viene será, indefectiblemente, una pesadilla aún de márgenes desconocidos.
Una vez que esté TODO absolutamente entregado y vendido… probablemente en el transcurso del próximo año… las siguientes elecciones podrían transformarse en meros trámites más o menos apasionados (y ni tanto, aunque un poco sí de mentiritas) para cambiar administraciones esencialmente coloniales, un poquitín más ariscas al «sistema» algunas, o un poco más efusivas hacia los verdaderos monarcas, las otras.
La profecía autocumplida es demoledora: El modelo era (es) Perú. Y hacia ahí vamos, pisando quinta a fondo. Total, después se van, y los resortes ya quedan completamente controlados bajo la telaraña de quienes sostienen, cranean y dan vida desde el extranjero a este drama argentino… cuya más dantesca acuarela aún está por develarse.
Lo único que nunca muere, es la necesidad de pensar y caminar la utopía.
Como diría aquel fascinante escritor y periodista anarquista que vivió algunos años en nuestro territorio, Rafael Barrett: Las estrellas guían al navegante. Hay que apuntar enseguida al lejano término, así señalaremos el camino más corto. Y sólo construyendo la utopía, algún día, algunos de nosotros, venceremos.